domingo, noviembre 04, 2007

Druk Air


Bhután es el nombre por el que conocemos a un reino budista en pleno corazón del Himalaya, pero su nombre original desde el siglo XIII es Druk Yul (“el país del dragón del trueno”).
Hoy en día, la palabra Druk está presente en casi todo lo que tiene que ver con el país: la compañía de gas se llama “Druk Gas”, el hotel en el que estés alojado se denominará seguramente “Druk Hotel” y el nombre de las líneas aéreas nacionales es “Druk Air”.
Druk Air es la única compañía aérea autorizada a volar a/desde Bhután. Cualquier pasajero que viaje a este hermoso reino debe hacerlo en uno de los 4 aviones de los que dispone la compañía para realizar los trayectos que van desde Kathmandú, Bangkok, Delhi y Calcuta a Paro, el aeropuerto internacional del país y la segunda “ciudad” por número de habitantes.
En realidad, Paro es un pequeño pueblo construido alrededor de 2 calles principales y sus 20.000 habitantes se ubican fundamentalmente en las múltiples granjas diseminadas por las colinas circundantes.
Nosotros volamos a Paro desde Kathmandú, la capital de Nepal. Habíamos leído que el trayecto constituye uno de los vuelos comerciales más hermosos del planeta, así que nos plantamos con tiempo en Tribhuvan, el caótico aeropuerto de Kathmandú, para lidiar con los eventuales tours organizados y conseguir 3 asientos con ventanilla en el lado izquierdo del avión.
La hora escasa de vuelo es una impresionante panorámica del Himalaya, un viaje que parece diseñado para admirar la cara sur de algunas de las cumbres más altas del planeta: el Cho Oyu, el Chomolungma (¡el Everest!), el Lhotsé, el Kanchengjunga… Una sucesión de moles nevadas que asoman sus más de ocho mil metros por encima de un mar de nubes.
Imágenes únicas, espectaculares. El techo del mundo al otro lado de la ventanilla de un avión.
Y, de pronto, el verdor de Bhután, con sus bosques frondosos o sus arrozales en terraza.
Y la pericia del piloto adentrándose en uno de los valles, serpenteando y deslizándose por el mismo, acariciando literalmente las laderas de algunas montañas hasta enderezar el avión y posarlo sobre una pequeña pista en el corazón del Himalaya.
Es la manera de darte la bienvenida a un lugar maravilloso: un reino budista llamado Bhután...