martes, marzo 06, 2007

Muere Ryszard Kapuscinski. Muere un genio

Menudo revuelo has causado en la blogosfera, Maestro.
Cuando me enteré de tu muerte, me entristecí mucho, como si hubiera perdido a alguien cercano. A un ser querido.

Hoy he tecleado “Kapuscinski obituario” en Google, para recordar la fecha exacta (23/01/2007) y mencionarla en este post que no acabo de empezar a escribir.
Menudo revuelo: compruebo que somos muchos los que deseamos despedirte, mostrarte nuestro afecto, nuestra admiración. Y nuestra gratitud.
Yo siempre quise ir a África.
Siempre lo había soñado. Siempre lo había sabido, sin querer (y sin necesitar) entender muy bien por qué. Durante mucho tiempo, postergué ese viaje convenciéndome de que lo tenía demasiado idealizado o de que, en realidad, siento una debilidad por el sudeste asiático… Pero entonces sucedió que Fernando y Kerstin, mientras conversábamos sobre nuestras últimas lecturas, me prestaron “Ébano”, en esa edición tan bonita de tapas duras de ABC.
Fue como si alguien corriese un velo delante de mis ojos, como si me tomaran de la mano, me guiaran con dulzura y me enseñaran a contemplar el mundo con mayor amplitud. Como si me llevaran a lo alto de una colina desde la que se divisara la inmensidad de África y me dejaran acariciarla, comprenderla y amarla.
He intentado devolver (o compartir) el privilegio de descubrirte, regalando ejemplares de “Ébano” a mis hermanos Iván y David, y a muchos de mis mejores amigos. A Jorge y Jose, en particular, con los que tengo el placer de Viajar desde hace años, y con los que descubrí una perla negra con nombre de país: Uganda.
Mi primer viaje a África.
Aunque por el momento haya sido el único, escribo “primer viaje a África” con orgullo. Porque, ¿sabes qué? Estoy deseando regresar. Sé que lo haré. Y cuando esté allí, me acordaré de ti. Me pondré a releer algunas páginas de un libro tuyo que habré metido en la mochila. Un libro que se llama “Ébano”…
Gracias, Maestro.
Hasta siempre