jueves, abril 17, 2008

Tips of the day

Esta es una de esas entradas que lleva esperando Ismael desde hace algún tiempo.
En primer lugar, es un nuevo post: vale que uno no se plantee escribir todos los días, pero una vez cada 2 meses…
Y segundo: ¡no voy a hablar de A!
¿Seré capaz?
Consejo del día 1: No vuelvas a comer en el Pizza Jardín del centro comercial Moraleja Green.
La verdad es que las opciones para comer en los alrededores de Distrito C empiezan a ser preocupantes.
Alguien vio una cucaracha en su plato en el Tao.
Alguien vio una cucaracha en su plato en el Tony Roma’s.
Conclusión: o hay alguien que, en ocasiones, ve cucarachas, o, en el centro comercial, haberlas hailas.
En el Pizza Jardín, hasta la fecha, yo no he visto cucarachas, pero, después de comer con Puli ayer, lo que me llevé a la oficina fue una gastroenteritis aguda.
Al principio, sientes un malestar general. Después, visitas el baño para comprobar que la diarrea galopante no es patrimonio exclusivo de un viaje a la India. Luego, empiezas a vomitar. Y, finalmente, vas alternando orificios mientras te vacías, te quedas sin fuerzas y te sientes profundamente mareado.
De pronto, me llama Agustín, que ya estaba al tanto de que no me encontraba bien.
O quizá me echaba en falta en mi mesa “haciendo estrategias”…
La situación en la que me encontraba --sentado en la taza del váter con las piernas dormidas-- no era la más idónea para coger el teléfono, pero fue como si me arrojasen un salvavidas en un momento de desesperación: “me encuentro fatal; creo que necesito que alguien me lleve a urgencias”.
Dicho y hecho.
Este Agustín no es un jefe de Estrategia: es como un padre para nosotros.
En urgencias, sólo esperamos dooos horas a que me atendieran, así que aprovechamos para contarnos anécdotas y experiencias de pupas varias.
Con P de puPas.
Después, me pusieron una vía por la que fueron enchufando suero, primperán (para las náuseas) y paracetamol, y luego me llevaron a hacerme una placa.
Ese fue el momento.
Cuando me pidieron, que me subiera la camisa, me bajara los pantalones y me tumbara en la camilla, en ese orden, me acordé.
¿Conoces el clásico slip cutre blanco, marca “Sporting”, comprado a dos duros en el mercadillo de Denia, que te deja fuera alguno de los huevecillos?
¿Ese que no te pones nunca, a menos que no exista ninguna posibilidad de que alguien te vea en ropa interior?
¡Vamos, hombre! Todo el mundo tiene (o ha tenido) alguno de éstos.
Pues yo me acordé en ese momento de que lo llevaba puesto…
Consejo del día 2: Viste siempre tus vergüenzas de gala. Nunca sabes a qué altura te quedarán los pantalones al final del día.

5 comentarios:

Pablo Gallego dijo...

Espero que ya estés mejor. Cuanto más pijo el centro comercial, peor los restaurantes... Y a renovar la ropa interior... Abrazos.

Blógmulo dijo...

¡Gracias Pablo!
Está visto que no es suficiente con evitar cenar en un centro comercial. Hay que pasar a evitar también las comidas, aunque quede cerca de la oficina...
Tienen su gracia los gallumbos, no creas... :-)

Anónimo dijo...

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Sobre el primer consejo: Ya te decía yo que los centros comerciales no son un buen invento... ¡ Larga vida a las tabernas de barrio! ;-) Sobre los calzones, no te preocupes. Los médicos ven muchas cosas raras todos los días. Si te atendió una residente, ahí ya...
Entre nosotros, molan más tus mensajes sobre viajes y sobre A., donde va a parar.
Abrazotes.

Anónimo dijo...

En la India nunca te hubieran pedido que les enseñases las vergüenzas, te hubieran ouscultado por encima del jersey y asumido que las maquinolas esas tan modernas son capaces de traspasar cualquier abanderado o prenda no de criptonita adquirida en mercadillo levantino (prometo no caer con las bragas...)
Besotes gordos y espero que estés recuperado.